Nací en Punta Arenas, pero viví en Viña del Mar desde los 11 años y estudie en en la UC de Valparaíso, y en total completé 20 años allá hasta que debí emigrar, fueron 20 años escuchando las mentiras de los “intelectuales” mientras Valparaíso se fue convirtiendo en un montón de ruinas hediondas, edificios y mercados abandonados, prohibición de modernizar, prohibición de construir empresas y edificios, y cientos de miles de personas sumiéndose en el abandono, mientras estos “intelectuales” barbudos viajaban a Valparaíso sólo para tomarse unos tragos en los bares hediondos que aun quedan entre las ruinas, para después volver a sus mansiones en los barrios mas elegantes de Viña y Santiago.
La voluntad abrumadora de los porteños, los que aun viven ahí, es convertir Valparaíso en un nuevo Honk-Kong, una ciudad estrella del Asia-Pacífico, y no en un montón de ruinas sórdidas donde los poetas recitan sus obras a las prostitutas adolescentes.
Nadie consulta a los porteños que ahí viven, sólo consultan a estos falsos intelectuales que disfrutan y se relajan yendo a visitar a los pobres, que tienen que conformarse con ser pobres para relajar la mente de los turistas de países desarrollados, como quienes van al zoológico a ver como las bestias languidecen dentro de sus jaulas. ¡Intelectualoides mentirosos!